Cuando los nanoplásticos no son lo que parecen
- 29 de febrero de 2024
- Publicado por: Juan Manuel
- Categoría: novedades
Liberación de oligómeros de los tejidos de poliéster
Los textiles fabricados con fibras sintéticas liberan micro y nanoplásticos durante el lavado. Los investigadores del Empa han podido demostrarlo ahora: Algunos de los supuestos nanoplásticos no consisten realmente en partículas de plástico, sino en oligómeros insolubles en agua. Los efectos que tienen sobre los seres humanos y el medio ambiente aún no se conocen bien.
Los artículos de plástico para el hogar y la ropa de fibras sintéticas liberan microplásticos: partículas de menos de cinco milímetros que pueden entrar en el medio ambiente de forma inadvertida. Una pequeña proporción de estas partículas son tan pequeñas que se miden en nanómetros. Estos nanoplásticos son objeto de intensa investigación, ya que, debido a su pequeño tamaño, pueden ser absorbidos por el cuerpo humano, pero hasta la fecha se sabe poco sobre su potencial toxicidad.
Investigadores de Empa del grupo de Bernd Nowack en el laboratorio de Tecnología y Sociedad han unido ahora sus fuerzas a las de colegas chinos para estudiar más de cerca las nanopartículas liberadas por los textiles. Tong Yang, primer autor del estudio, llevó a cabo las investigaciones durante su doctorado en Empa. En estudios anteriores, los investigadores del Empa ya pudieron demostrar que al lavar el poliéster se liberan tanto microplásticos como nanoplásticos. Un examen detallado de las nanopartículas liberadas ha demostrado ahora que no todo lo que parece nanoplástico a primera vista lo es en realidad.
En gran medida, las partículas liberadas no eran en realidad nanoplásticos, sino aglomeraciones de los llamados oligómeros, es decir, moléculas de tamaño pequeño o mediano que representan un estadio intermedio entre los polímeros de cadena larga y sus componentes individuales, los monómeros. Estas moléculas son aún más pequeñas que las partículas nanoplásticas, y tampoco se sabe casi nada de su toxicidad. Los investigadores publicaron sus hallazgos en la revista Nature Water.
Para el estudio, los investigadores examinaron doce tejidos de poliéster diferentes, entre ellos microfibra, satén y jersey. Las muestras de tejido se lavaron hasta cuatro veces y se analizaron y caracterizaron las nanopartículas liberadas en el proceso. No es tarea fácil, dice Bernd Nowack. “El plástico, especialmente los nanoplásticos, está en todas partes, incluso en nuestros dispositivos y utensilios”, dice el científico. “Al medir los nanoplásticos, tenemos que tener en cuenta este ‘ruido de fondo'”.
Gran proporción de partículas solubles
Los investigadores utilizaron un baño de etanol para distinguir los nanoplásticos de los grupos de oligómeros. Los trozos de plástico, por pequeños que sean, no se disuelven en etanol, pero los agregados de oligómeros sí. El resultado: Entre un tercio y casi el 90 por ciento de las nanopartículas liberadas durante el lavado podían disolverse en etanol. “Esto nos permitió demostrar que no todo lo que parece nanoplástico a primera vista lo es en realidad”, afirma Nowack.
Aún no está claro si la liberación de los llamados oligómeros nanoparticulados durante el lavado de los textiles tiene efectos negativos para los seres humanos y el medio ambiente. “Con otros plásticos, los estudios ya han demostrado que los oligómeros nanoparticulados son más tóxicos que los nanoplásticos”, afirma Nowack. “Esto indica que hay que investigarlo más a fondo”. Sin embargo, los investigadores pudieron determinar que la naturaleza del tejido y el método de corte -tijeras o láser- no influyen demasiado en la cantidad de partículas liberadas.
Tampoco se ha aclarado aún el mecanismo de liberación, ni en el caso de los nanoplásticos ni en el de las partículas de oligómero. La buena noticia es que la cantidad de partículas liberadas disminuye significativamente con los lavados repetidos. Es concebible que las partículas de oligómero se creen durante la fabricación del textil o se desprendan de las fibras mediante procesos químicos durante el almacenamiento. También es necesario realizar más estudios en este campo.
De momento, Nowack y su equipo se centran en partículas más grandes: En su próximo proyecto, quieren investigar qué fibras se desprenden durante el lavado de textiles fabricados con materias primas renovables y si podrían ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud. “Los tejidos semisintéticos, como la viscosa o el lyocell, se presentan como sustitutos del poliéster”, explica Nowack. “Pero aún no sabemos si son realmente mejores en cuanto a liberación de fibras”.