Enzimas que transforman residuos en recursos: el futuro circular del poliéster
- 30 de junio de 2025
- Publicado por: Juan Manuel
- Categoría: novedades

La creciente crisis de los residuos plásticos ha impulsado una revolución biotecnológica: enzimas capaces de degradar el poliéster, uno de los plásticos más comunes en la industria textil y de envases. Estas herramientas naturales abren la puerta a un modelo de economía circular más sostenible y eficiente.
En un mundo saturado de plástico, donde el poliéster representa cerca del 50% de la producción global de fibras textiles, la urgencia por encontrar soluciones sostenibles ha motivado avances significativos en biotecnología. Hoy, las enzimas se posicionan como aliadas estratégicas para transformar residuos de poliéster en recursos reutilizables, dando un paso clave hacia una economía verdaderamente circular.
Una de las principales protagonistas de esta revolución es la Ideonella sakaiensis, una bacteria descubierta en Japón en 2016, capaz de producir una enzima llamada PETasa. Esta enzima puede descomponer el tereftalato de polietileno (PET) —el componente principal de muchas botellas y fibras textiles— en sus bloques básicos: ácido tereftálico y etilenglicol. En condiciones controladas, estos monómeros pueden ser reutilizados para fabricar nuevos productos, sin perder calidad.
A partir de la PETasa, científicos de diversos países han creado versiones mejoradas y “superenzimas” que degradan el poliéster hasta seis veces más rápido. Un equipo del Reino Unido y Estados Unidos, por ejemplo, combinó PETasa con otra enzima llamada MHETasa, mejorando la eficiencia del proceso de despolimerización. Estos desarrollos permiten pensar en una alternativa viable al reciclaje mecánico tradicional, que suele degradar la calidad del material con cada ciclo.
La empresa francesa Carbios ha liderado la aplicación industrial de este tipo de tecnologías. A través de su proceso de reciclaje enzimático, la compañía ha demostrado que es posible recuperar el 100% de los monómeros de residuos plásticos y textiles, incluso de materiales difíciles de reciclar, como mezclas de poliéster y algodón. Según Carbios, esta tecnología ya está lista para escalarse a nivel industrial, marcando un punto de inflexión en el tratamiento de residuos textiles (La Nación, 2023).
El Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) en España también ha investigado el mecanismo molecular de estas enzimas, revelando cómo su estructura permite que reconozcan y degraden específicamente el PET. Este tipo de conocimiento básico es fundamental para el desarrollo de nuevas versiones más estables y eficientes (ICM-CSIC, 2022).
Por su parte, el proyecto RECIMAP en Europa busca aplicar este tipo de tecnologías en residuos textiles, combinando procesos biotecnológicos y mecánicos para separar las fibras y valorizar cada componente. El objetivo es claro: cerrar el ciclo del poliéster y reducir la dependencia de materias primas vírgenes, fomentando una economía basada en el reaprovechamiento continuo de recursos.
A pesar de estos avances, aún quedan desafíos por resolver. Las enzimas deben adaptarse a condiciones industriales, ser eficientes a gran escala y competitivas en costos. No obstante, la combinación de investigación científica, voluntad política e inversión empresarial promete acelerar su adopción en el corto y mediano plazo.
En resumen, las enzimas degradadoras de poliéster no solo representan una innovación biotecnológica, sino también un cambio de paradigma: del consumo lineal al reciclaje circular, donde cada fibra usada puede renacer como un nuevo producto.
Fuentes:
ICM-CSIC. (2022). Desvelan el proceso de degradación del plástico de un solo uso a partir de enzimas. https://www.icm.csic.es La Nación. (2023). Carbios revela la principal innovación en reciclaje de poliéster. https://www.lanacion.com.ar Revista PQ. (2023). Polimerización y despolimerización de poliésteres mediante enzimas. https://www.revistapq.com Diario AS. (2020). Crean una superenzima que devora plástico seis veces más rápido. https://as.com
