Textiles refrigerantes: nueva tecnología térmica en la F1
La F1 incorpora prendas refrigeradas con fluidos térmicos homologados por la FIA para optimizar la temperatura corporal y el rendimiento de los pilotos.
En la Fórmula 1, la exigencia física que afrontan los pilotos es cada vez mayor. Habitáculos con temperaturas que pueden superar los 50 °C obligan a las escuderías y a la FIA a explorar soluciones más avanzadas de termorregulación. Una de las más innovadoras: la ropa refrigerada adaptada al piloto.
¿Qué es exactamente?
Se trata de prendas técnicas —camisetas o chalecos ligeros— que incorporan un sistema interno de tubos muy finos por los que circula un fluido refrigerado (agua o mezcla agua-glicol) que capta el calor del cuerpo del piloto y lo evacua. Estas prendas se llevan entre la capa ignífuga estándar y el traje de competición o directamente bajo el mono.
¿Por qué se implementan?
El evento clave fue el Gran Premio de Qatar 2023, en el que varios pilotos sufrieron golpes de calor, vómitos o desmayos debido a las cargas térmicas extremas. Para evitar que el calor de la cabina afecte la salud, la concentración o el rendimiento, la regulación técnica de la FIA incluyó el apartado sobre “driver cooling system” (sistemas de refrigeración para el piloto).
¿Cómo lo regula la FIA?
Según el reglamento técnico para 2025:
- El sistema debe reproducir una tasa de extracción de calor de al menos 200 W cuando la temperatura ambiente es 40 °C (para sistemas continuos).
- Si es un sistema de energía almacenada, debe tener una reserva de al menos 1.1 MJ con el depósito final a menos de 10 °C.
- No se permite usar hielo seco ni CO₂ sólido dentro del cockpit.
- El medio de refrigeración debe ser aire, agua o una solución acuosa de sales como NaCl, KCl o glicol.
- Para 2025 el uso es opcional si la temperatura ambiente no supera ciertos umbrales; para 2026 se espera que sea obligatorio en ciertas condiciones.
¿Cómo se siente en la práctica?
Algunos pilotos ya lo han probado. Según un artículo, George Russell comentó que al activar el flujo de agua a unos 16 °C en un cockpit que superaba los 50 °C la diferencia era “muy notable”. Sin embargo, el uso real en carrera aún plantea retos: ajustes de la prenda, peso adicional, tuberías o vestimenta incómoda. Algunas críticas señalan que el sistema tarda en estabilizarse o que la prenda puede dejar de tener efecto tras cierto tiempo.
Retos y consideraciones
- Peso y espacio: La instalación (bomba, depósito, tuberías) añade masa al vehículo, lo cual en F1 es crítico. Si un piloto decide no llevarlo, puede haber penalización de lastre.
- Confort y ergonomía: En el estrecho habitáculo de un monoplaza, añadir elementos extra puede afectar la postura, los movimientos o generar distracción.
- Eficiencia a largo plazo: Algunos sistemas refrigeran bien al principio pero pierden eficacia durante las vueltas más largas.
- Integración reglamentaria: Asegurar que toda prenda cumpla los estándares de seguridad ignífuga, de peso, de homologación, etc., es clave.
¿Y en el mundo textil?
La tecnología empleada en estas prendas para pilotos tiene impacto interesante en el mundo del textil técnico. Se trata de una convergencia de tres áreas: ropa ignífuga (seguridad), equipamiento de rendimiento (condiciones extremas) y sistemas activos de refrigeración. Aunque de momento es exclusiva de alta competición, a medio-largo plazo podríamos ver sus derivados en prendas para trabajos en ambientes de calor extremo, deportes de motor de menor escala o incluso en aplicaciones industriales.
Conclusión:
La ropa refrigerada que usan los pilotos de F1 representa un salto tecnológico relevante en la gestión del calor corporal en condiciones extremas. No solo mejora la comodidad sino que ayuda al rendimiento, al mismo tiempo que cumple exigentes normas de seguridad. Aún con retos por resolver (peso, ergonomía, eficiencia), este tipo de textil técnico abre camino hacia futuros desarrollos que trascienden la pista.
